Redactores de contenidos: 30 claves para escoger al mejor

/ November 3, 2021 / No Comments / In Contenidos & SEO / By

Los buenos redactores son para el SEO y la creación de contenidos como los minerales para las plantas: un nutriente esencial. 

Ahora, si hay muchos o pocos, o si es fácil encontrarlos… eso ya es otro cantar. 

Porque el boom digital ha dado la bienvenida a perfiles con distintos niveles de experiencia y formación. Desde periodistas, hasta bloggers autodidactas, pasando por redactores expertos en SEO, copywriting o publicidad. 

Es decir, las oportunidades para encontrar redactores de contenidos se han multiplicado, ya sea a través de una agencia, una plataforma de redactores, o contratando redactores freelance

Pero con todas estas posibilidades, han aumentado tus dudas también. Y es normal, no sabes por dónde empezar. 

¿Qué criterios deberías tener en cuenta para contratar un redactor (freelance o no)? 

¿Cuál es la diferencia entre un redactor medio y uno fantástico? 

¿Hasta qué punto puede ayudarte un buen redactor a conseguir tus objetivos?

Y es que encontrar un redactor es más fácil que nunca. Pero encontrar un buen redactor que encaje con tu proyecto y tus objetivos… no.  

Encontrar un redactor es más fácil que nunca. Pero encontrar un buen redactor que encaje con tu proyecto y tus objetivos... no. Click To Tweet

Si quieres crear contenidos fantásticos, necesitas contratar redactores fantásticos, así que en este artículo vamos a hablar de eso: de cómo reconocerlos y de qué características deberías buscar. 

Veamos con todo lujo de detalles a qué nos referimos cuando hablamos de un buen redactor.

30 características que definen a un buen redactor de contenidos

Sí, 30, has leído bien. Y aunque no hace falta tener todas estas características, los buenos redactores tienen muchas de ellas en común.

Cuantas más tengan, más cerca estarán de ser tu redactor ideal. 

1) Domina la parte técnica 

Los pasteleros hacen pasteles, los diseñadores diseñan y los redactores redactan. 

¿Suena simple? Sí, pero todos ellos tienen algo en común: su técnica es impecable. 

Y eso no es fácil de alcanzar. Se consigue con formación específica y experiencia, y en casos excepcionales, llega como un don.

No todos podemos ser grandes redactores por más que nos guste leer blogs, igual que no todos podemos crear postres celestiales, aunque seamos adictos a Master Chef.

No todos podemos ser redactores profesionales, igual que no todos podemos ser master chef

Esta es una característica sine qua non. Un redactor que no domina la parte técnica —gramática, sintaxis, ortografía— puede llegar a ser un muy buen redactor algún día, pero no puede considerarse un redactor profesional.

El dominio técnico va más allá de conocer las normas y saber cómo aplicarlas. Hay otros aspectos que también influyen en la calidad del contenido. Y algunos de ellos sólo se consiguen con horas de redacción y edición, como por ejemplo estos: 

  • Habilidad para escribir con voz propia y/o adaptarse a la voz corporativa
  • Estilo de redacción fluido, para que la lectura sea ligera
  • Capacidad lógica y de argumentación

Pro tip: para asegurarte de que tus redactores tienen esta característica, puedes incluir textos con errores para corregir o editar en el proceso de selección. Si se trata de un redactor freelance, verifica que su portfolio cumple con este requisito o encárgale un artículo de prueba antes de empecéis a colaborar.

2) Tiene experiencia en tu sector

Esto es especialmente importante en la redacción B2B, donde se producen contenidos muy técnicos para audiencias especializadas. 

Cuanta más experiencia tenga un redactor en un determinado sector, más facilidad tendrá para conectar con la audiencia, especialmente al:

  • Comprender e ilustrar la esencia de una historia
  • Encontrar el ángulo perfecto para el contenido
  • Expresarse como un insider
  • Entender lenguaje técnico mientras investiga
  • Ajustarse al nivel de conocimiento de los lectores
  • Identificar las fuentes más adecuadas de información

Eso no quiere decir que un redactor sin experiencia en tu sector no pueda crear contenidos espectaculares. Simplemente, ten en cuenta que necesitará un mayor periodo de adaptación. 

3) Es creativo

La creatividad es una línea fina que separa a un buen redactor de uno fantástico.

Igual que los periodistas, los redactores usan giros y expresiones comunes para agilizar la escritura. Es como si tuvieran una librería de expresiones, listas para escoger y usar. Y eso es precisamente lo que les permite escribir miles de palabras al día.

Pero eso no quiere decir que no puedan enriquecer su escritura para que cada contenido tenga su sello personal.  Y hay muchas formas de valorar la creatividad de un redactor, pero una de las más sencillas es buscar asociaciones de ideas en su escritura. Por ejemplo, puedes fijarte en estos aspectos:

  • Usa metáforas, analogías y ejemplos originales
  • Combina conceptos o ideas de forma inusual
  • Usa palabras y expresiones atípicas, sin que el resultado sea artificial
  • Huye de los tópicos y busca formas alternativas de expresar sus ideas

4) Sabe investigar

Convertir las ideas en palabras es sólo la parte más obvia del trabajo de un redactor.

Porque las palabras son sólo un vehículo para transmitir mensajes. Y antes de eso, hace falta investigar y tener algo que comunicar.

Da igual lo interesante que parezca un tema. Las historias sólo empiezan a tener sentido cuando se han comprobado referencias, opiniones, y todos los datos están en su lugar.

Y para eso hace falta saber cómo contrastar fuentes, analizar datos e interpretarlos.

De hecho, este es uno de los principales motivos por los que los periodistas suelen ser grandes redactores de contenidos. Y es un punto que puede compensar la falta de experiencia en tu sector: si el redactor tiene una buena capacidad de investigación y tu industria no es demasiado compleja, considera la opción de darle una oportunidad. 

5) Es buen entrevistador

Puede que algunos redactores tengan experiencia en tu sector, pero eso no los convierte en auténticos expertos. 

Y ahí es donde entran en juego los llamados Subject Matter Experts (SMEs): expertos en un área concreta que se conocen todos los recovecos de un tema y que pueden ayudar a un redactor a crear una pieza de contenido memorable.

Este punto esta muy relacionado con el anterior, porque entrevistar a alguien puede parecer sencillo. Pero para recibir buenas respuestas, hay que formular buenas preguntas. Y eso es un arte. 

Pro tip: si tu negocio es B2B o estás en un sector muy especializado, lo más probable es que el redactor de contenidos tenga que hablar constantemente con SMEs. Asegúrate de que tengan experiencia entrevistando a expertos, sea un redactor freelance, de agencia o in-house.

6) Tiene ojo para los detalles

Más que ojo, un buen redactor de contenidos tiene rayos X.

Esta capacidad de observación microscópica les ayuda a ser meticulosos con su trabajo. Y les permite, entre otras cosas:

  • Evitar erratas y faltas ortográficas
  • Enfatizar el texto con negritas y cursivas en el momento adecuado
  • Identificar palabras o espacios duplicados
  • Ser coherente en el uso de tipografías y tamaños de texto
  • Tener un estilo de redacción consistente 
  • Detectar saltos abruptos en el paso de una idea a otra

Todos podemos tener errores, y para eso también están los editores. Pero, si encuentras faltas, erratas o fallos de formato de forma constante en su trabajo, eso es una muy mala señal.

7) Tiene sentido del humor

El humor está infravalorado en la redacción de contenidos. 

Y es una pena, porque una buena dosis de diversión crea cercanía y facilita el aprendizaje y la retención.

El problema es que esta es una de las habilidades más difíciles de encontrar. No es algo que todo el mundo tenga de forma natural ni que se pueda forzar. 

Así que aquí el consejo es este: si encuentras un buen redactor de contenidos que además tenga sentido del humor, no lo dejes escapar. Saca el contrato ya. 

8) Comprende la psicología humana

Un buen redactor, igual que un buen comercial, necesita conectar con las personas con las que habla. O en este caso, para las que escribe. 

Y para eso hace falta saber qué les motiva, qué les frena y entender cómo toman decisiones.

A un buen redactor de contenidos las emociones no le son ajenas...

Entender los principios básicos del comportamiento humano les ayuda a crear textos más persuasivos y atractivos, pensados para guiar la atención y mover a la acción.

Por eso deberías buscar redactores de contenidos que busquen constantemente respuestas a estas preguntas:

¿Por qué mi audiencia se comporta así? 

¿Cómo afecta eso a mis objetivos? 

¿Qué influencia puede tener este contenido en su comportamiento?

Si lo expreso de otra manera, ¿cómo cambiará su percepción? 

9) Es asertivo

Un redactor de contenidos depende de otras personas para hacer su trabajo. Y para conseguir lo que necesita de ellas, tiene que ser asertivo.

Desde los expertos que entrevistan, hasta los responsables de SEO o marketing que coordinan su trabajo, pasando por miembros de distintos equipos de la compañía, el redactor necesita gestionar revisiones, dudas, preguntas, comentarios y ediciones continuamente.

Y siempre hay fechas límite que respetar.

Si no es capaz de explicar con claridad qué necesita y para cuándo lo necesita, probable los deadlines se resentirán.

10) Sabe de SEO

La misión principal de un redactor consiste en convertir información en contenidos relevantes y atractivos. 

Es decir, estrictamente un redactor de contenidos —o incluso un redactor SEO— no tendría por qué saber cómo buscar palabras clave

Pero en los proyectos en los que no hay un especialista SEO, el análisis de palabras clave y el manejo de algunas habilidades básicas de optimización es un gran plus para un redactor. 

Estas habilidades incluyen la capacidad para:

  • Encontrar las palabras clave más adecuadas para un tema relevante. O al revés, encontrar ideas de contenido relevantes a partir de una determinada palabra clave.
  • Entender los distintos factores que influyen en el posicionamiento: el nivel de dificultad de la palabra clave, el potencial del contenido para generar backlinks, etc.
  • Saber realizar un benchmark SEO, o análisis de competencia digital, para encontrar un punto de vista único desde el que presentar la información.
  • Entender la importancia del enlazado interno y conocer las best practices a la hora de enlazar.

11) Usa palabras clave de forma natural

Especialmente en la redacción de contenidos SEO, esta característica es un must. Porque no todos los redactores saben cómo usar las palabras clave y sus variaciones en los puntos más relevantes del contenido de forma natural.

Un buen contenido SEO no tiene un aspecto diferente del de un buen contenido.

Obviamente hay una optimización de palabras clave detrás, pero si la redacción no suena natural, aquí tienes otra mala señal. 

Un buen contenido SEO simplemente es un buen contenido. Obviamente hay una optimización de palabras clave detrás, pero si la redacción huele a SEO... mala señal. Click To Tweet

Los redactores SEO experimentados saben equilibrar las palabras clave con la espontaneidad. Y si además saben cómo usar variaciones y sinónimos apropiados que aporten riqueza semántica, mejor que mejor. 

12) Entiende los objetivos

Una de las condiciones para cumplir tus objetivos de marketing de contenidos es que que cada pieza tenga un objetivo bien definido. 

Y aunque esa sea tu responsabilidad, el redactor debe ser capaz de trabajar teniendo en cuenta el objetivo todo el tiempo, sin desviarse. 

Por ejemplo, si está redactando un contenido de PR, tendrá que escribir objetivamente y enfocarse en los aspectos más noticiables para conseguir impactos en los medios de comunicación,

Y si está redactando una landing page de conversión, tendrá que usar recursos persuasivos y que favorezcan la confianza, como por ejemplo datos comprobados en investigaciones, casos de estudio, citas de expertos que apoyen la tesis o testimoniales.

Pro tip: cuando empieces a trabajar con un nuevo redactor, asegúrate de dejar claro y por escrito el objetivo de cada pieza. Puedes incluirlo en el calendario editorial o en cualquier herramienta de gestión de proyectos que uséis.

13) Tiene mentalidad analítica

Un buen redactor de contenidos tiene mentalidad analítica

Analizar datos debería ser otra de esas habilidades transversales para todos los marketers, sean de perfil técnico o creativo. 

En el caso de un redactor de contenidos, esta capacidad le ayudará a entender el resultado de todas sus acciones y a actuar en consecuencia. Pero también le servirá para analizar tendencias y descubrir temas o incluso para explotar sets de datos.

Un redactor de contenidos con mentalidad analítica se preguntará constantemente cosas como:

¿Qué tipo de títulos funcionan mejor en este sector? 

¿Cuál es el largo ideal para este tipo de contenido?

¿Qué impacto tiene el storytelling o el humor en el consumo de mis contenidos? 

14) Tiene experiencia redactando distintos tipos de contenidos

Las prioridades de un departamento de marketing no son estáticas. Más bien fluyen como las olas del mar. 

Un día buscas un redactor para tu blog, pero al siguiente puedes necesitar alguien que te ayude con un ebook, una descripción de producto o una página pilar. 

Está bien que un redactor esté especializado en un área concreta o sector. Pero un redactor especializado que además tenga otras experiencias de contenidos y una visión amplia del marketing es mejor. 

Si no quieres multiplicar el esfuerzo, busca un buen redactor de contenidos perfecto para lo que necesites hoy, pero piensa también en lo que podrías necesitar mañana. 

15) Es buen vendedor

Aunque no lo parezca y aunque lo que escriba no suene a ventas. 

Los redactores web, especialmente los que tienen buena mano para el copywriting, pueden convencerte fácilmente por eso: porque no parece que te estén vendiendo algo. 

Tienen que ser capaces de encontrar los beneficios de un producto o servicio para crear textos persuasivos.

Y cuando los textos son informativos o educativos, tienen que saber cómo vender sus argumentos, para convertirlos en ideas que los lectores asumen como propias.

Es más: tienen que vender constantemente sus propias ideas de contenido, ante sus editores, clientes, compañeros o jefes. 

Busca, en la medida de lo posible, un redactor que tenga visión persuasiva. Y si no lo encuentras y lo quieres para tu equipo in-house, siempre puedes sentarlo unos meses con el departamento comercial. 

16) Tiene nociones básicas de diseño

Las habilidades de diseño para un redactor de contenidos no son esenciales, pero sí deseables. Especialmente si tu equipo no cuenta con un diseñador profesional.

En parte, esto es lo que convierte a un redactor en un creador: la capacidad de crear contenidos en distintos formatos y sacar adelante tanto un artículo de blog como una guía descargable para generar leads.

Y en la era de herramientas como Canva y Piktochart, ya no hace falta tener una formación específica en diseño para sacar adelante gráficos de apariencia casi profesional. 

Lo que tú necesitas básicamente es un redactor de contenidos que entienda las reglas básicas de composición, esté acostumbrado a usar herramientas visuales de marketing y tenga cierta sensibilidad. 

17) Tiene sentido estético

Este punto está muy relacionado con el anterior. Pero en este caso no se trata de ser capaz de crear piezas gráficas, sino de tener un sentido estético que le ayude a mejorar el resultado final del contenido.

Piensa en la importancia de las imágenes y las fotografías en un artículo de blog. Un redactor con cierto sentido estético buscará gráficos de calidad, que estén en armonía unos con otros y que sean coherentes con el estilo de la pieza y la voz de la marca. 

Y no sólo eso, piensa en las múltiples posibilidades que existen para mejorar un texto y hacerlo más legible usando las diferentes opciones de formato (encabezados, negritas, listas, etc.).

Además, los contenidos digitales son ahora más largos y desarrollados que nunca. Y eso significa que necesitamos enriquecer visualmente los textos con todos los recursos a nuestro alcance. 

Un mal formato puede arruinar un contenido interesante. Pero un buen redactor lo sabe, y para evitarlo jugará con:

  • Los espacios en blanco
  • El tamaño de los párrafos y las frases
  • La separación del texto en secciones con títulos y subtítulos
  • Bullet points y listas numeradas
  • Citas y otras secciones destacadas de contenido

Pro tip: pide a tus futuros redactores una muestra de contenidos de formato largo en los que hayan trabajado (guías, ebooks, artículos con más de 2000 palabras…). ¿Qué impresión visual te causan? ¿Cómo de fácil resulta leerlos? Busca diferentes formatos y recursos visuales como imágenes, citas, títulos, subtítulos, listas, etc..

18) Es buen profesor

Un buen redactor es como Whoppi Goldberg en Sister Act II: capaz de coger cualquier tema y hacer que resulte interesante, motivando a aprender y a participar hasta el final.

Los buenos redactores de contenidos se parecen a los buenos profesores

Es decir, los buenos redactores, igual que los buenos profesores, saben cómo explicar cuestiones complejas y hacer que parezcan sencillas. 

Para crear una experiencia óptima de lectura, tu redactor ideal tendrá en cuenta cuánta información necesita el lector. Por ejemplo, considerará:

  • Cuál es su nivel de conocimiento sobre la materia en general y sobre el tema en particular
  • Cuánto contexto necesita para entender un argumento
  • Cuánto nivel de detalle necesitan para mantenerse motivados durante toda la lectura
  • Qué recursos pueden usar para simplificar las explicaciones (ejemplos, analogías, imágenes, metáforas, etc.)

19) Sabe cómo escribir una buena introducción 

Cualquier redactor puede empezar un artículo de forma vaga y genérica. Anodina.

Pero es difícil encontrar redactores que escriban introducciones top, porque eso requiere más habilidades de las que podrías pensar.

El redactor necesita pensar en el problema de su audiencia como si fuera uno de ellos, entender las emociones que están en juego y tener una buena capacidad de síntesis.

Sea como sea, este es un fallo más que común en contenidos de blog: empezar con datos básicos que la audiencia conoce de sobra y al más puto estilo Wikipedia. 

Un buen redactor de contenidos valora esa frágil oportunidad de comenzar el artículo con fuerza. Y la aprovecha.

Pro tip: al valorar a un redactor de contenidos, fíjate en las introducciones de sus artículos. ¿Los primeros párrafos son relevantes? ¿Consigue conectar desde el primer momento y captar tu atención? Estas respuestas no lo son todo, pero pueden darte una idea rápida de su nivel de redacción.

20) Es buen editor

Editar consiste en releer, corregir y, sobre todo, preguntarse: ¿hay una forma mejor de decir esto?

Y, aunque se habla bien poco del papel de la edición en el éxito de un contenido, juega un rol crucial. 

De hecho, los equipos con estrategias de contenidos avanzadas suelen contar con un editor: una figura especializada en revisar todo el contenido que crean los redactores y mejorar su calidad.

Dicho esto, un buen redactor también puede convertirse en su propio editor. Y cuando asuma este segundo rol, debería ser capaz de coger cualquier texto y…

  • Eliminar las partes repetitivas o poco interesantes, o hacerlas más cortas
  • Añadir detalles necesarios de contexto o profundizar en una idea
  • Mover párrafos o frases para que el resultado final sea más fluido
  • Buscar formas alternativas de expresar una misma idea
  • Convertir comentarios de otros (expertos, clientes, etc.) en citas contundentes y que se ajusten a los objetivos de negocio

Pro tip: coge un artículo que esté relativamente bien escrito, pero que sea mejorable, y pídele al redactor que lo edite. Para valorar su capacidad de edición, no hace falta que lo redacte de nuevo, sólo que anote correcciones, cambios o posibles mejoras.

21) Tiene instinto para identificar problemas (y soluciones)

What’s in it for me? 

Eso es lo que se preguntan tus lectores y clientes potenciales cuando se encuentran con tu contenido, sea una landing page, tu último ebook o un artículo de blog.

Los buenos redactores consiguen que la respuesta a esa pregunta sea evidente porque tienen dos conceptos grabados a fuego: los pain points (el problema) y los beneficios (la solución).

Nunca comienzan a redactar sin tener claro qué problema están intentando solucionar.

Esta característica no es un extra, sino un must. Un buen redactor tiene que ser capaz de integrar esta forma de pensar en su proceso de redacción. 

Claro que este concepto puede estar más interiorizado en unos que en otros. Pero, si tienes la posibilidad, contrata redactores que hablen el lenguaje de los pain points y los beneficios con naturalidad

22) Es serio

Serio no es el antónimo de divertido. ‘Serio’ aquí se refiere a la forma de trabajar. Y es un punto crítico. 

Un redactor puede escribir como Dickens, pero si no cumple con las fechas de entrega o no se ajusta a lo que pediste, tu plan de marketing se resentirá.

Además, una persona que se toma en serio este tipo de detalles demuestra profesionalidad, y eso inspira confianza.  Porque lo último que quieres es un redactor que plagie, sea poco riguroso o no compruebe la información.

Al principio está bien que revises con cuidado su trabajo, pero dudar permanentemente del redactor no es bueno para ninguno de los dos. 

Si quieres agilizar tu proceso editorial y vivir más tranquilo, busca redactores organizados y serios que en los que puedas confiar. 

23) Va más allá

Un redactor de contenidos puede limitarse a cumplir órdenes. O puede ser proactivo y explorar las oportunidades que se le presenten para ir más allá.

Esto incluye:

  • Investigar sobre una noticia sobre la que podría ser interesante hablar
  • Añadir una sección relevante, que aunque no estuviera contemplada, completa la pieza. 
  • No limitarse a los recursos que se le hayan dado y buscar más fuentes, datos, estadísticas, etc.
  • Tomar la iniciativa de analizar otras palabras clave relacionadas

Hay mil maneras de ir un poco más allá, pero al final todo se reduce a lo mismo: un redactor motivado y comprometido estará abierto a todo lo que pueda enriquecer el proyecto. 

Pro tip: los redactores freelance además pueden aportar su experiencia en otros proyectos y compartir contigo lo que les ha funcionado mejor. Especialmente en un equipo pequeño, un redactor freelance que vaya más allá puede ser una gran adquisición.

24) Acepta bien las críticas

Los buenos redactores suelen ser bastante perfeccionistas y pueden ser muy críticos consigo mismos. Pero es importante que además sepan encajar bien el feedback negativo. 

Y eso significa ser humilde, saber escuchar y estar abierto a reconocer que algo no es suficientemente bueno o que se podría mejorar.

Un buen redactor de contenidos acepta bien las críticas

En este punto es importante que tengas en cuenta la personalidad del redactor. Muchos estudios sugieren que la creatividad, la introspección y la capacidad para comunicarse mejor por escrito son características que vienen con el pack de la introversión.

Sí, muchos redactores de contenidos son introvertidos. 

Suelen ser percibidos como personas más sensibles y, a veces, lo son (de ahí sus capacidades artísticas y creativas). Pero eso no significa que no puedan encajar bien las críticas.

Los introvertidos también son conocidos por su capacidad para escuchar, empatizar y concentrarse profundamente en una tarea. Así que cualquier crítica constructiva que les hagas la usarán como una herramienta para mejorar.

Te puede interesar: Cómo dar feedback a tus redactores de contenidos para que saquen su mejor versión

25) Defiende su opinión

Una cosa es aceptar bien las críticas. Y otra no ser capaz de defender tus puntos de vista. 

Aceptémoslo, los responsables de marketing o de negocio no siempre tienen una visión objetiva. Por ejemplo, muchas veces intentan meter argumentos de venta o centrarse en el producto o servicio cuando el contenido no debería tener tono comercial.

Hay un momento y un lugar para todo. Y cuando se les olvida el objetivo de la pieza y convencen al redactor para que lo cambie, se terminan produciendo piezas que son una extraña mezcla entre lo educativo y lo comercial.

Como dice Gary Vaynerchuk, las empresas deberían ser como el canal de televisión que engancha a la audiencia con sus programas, no como los anuncios que todo el mundo intenta evitar. 

Los redactores tienen una visión más cercana a la audiencia, menos contaminada por la presión comercial. Y ahí es donde pueden influir: explicando su punto de vista y defendiendo siempre lo que sea mejor para el lector. 

26) Busca siempre el mejor ángulo

Una historia se puede contar desde muchos puntos de vista distintos. Pero no todos funcionan igual de bien.

Por eso es importante saber identificar el ángulo más adecuado para cumplir el objetivo de la pieza.

Porque el ángulo puede ser tan importante como las palabras clave. Un redactor SEO debe saber cómo crear contenidos únicos y diferenciados de los de su competencia digital. De hecho, el ángulo es clave en la redacción de contenidos SEO. 

Un redactor SEO debe saber cómo crear contenidos únicos y diferenciados de los de su competencia digital. El ángulo es clave en la redacción de contenidos SEO. Click To Tweet

Pero dejando de lado la redacción SEO, la habilidad del redactor para contar una historia desde el ángulo más adecuado también es un factor determinante para generar engagement y para el éxito de tus contenidos de PR digital.

27) Sabe contar historias

Un redactor que sabe cómo engancharte y meterte de lleno en la historia vale su peso en oro. 

Porque todos los que se dedican al marketing de contenidos entienden el poder del storytelling y su valor para conectar con la audiencia. Pero no todos saben ponerlo en práctica. 

Las buenas historias comparten una serie de estructuras y elementos, Y si se conocen, pueden aplicarse para potenciar el efecto.

Pero la realidad es que el storytelling no sólo es una técnica. También es un arte, y no todos lo tienen.

28) Es curioso

Seguir siendo capaz de asombrarse con el paso de los años, como cuando éramos niños, es un buen consejo en general.

Pero es más importante aún para los redactores de contenidos.

Los mejores redactores ven el mundo de otra manera. Se hacen preguntan y desafían lo que saben. No lo aceptan todo sin más. 

Los mejores redactores ven el mundo de otra manera. Se hacen preguntan y desafían lo que saben. No lo aceptan todo sin más. Click To Tweet

Esa curiosidad por todo lo que les rodea es precisamente la que les permite hacer observaciones únicas y contar historias excepcionales.

Pro tip: no te fijes sólo en las habilidades técnicas del redactor e intenta conocer sus aficiones e intereses, sobre todo si buscas una relación a largo plazo. Los perfiles curiosos y de mente inquieta (gente que viaja mucho, con inquietudes artísticas, interés en distintos campos, experiencias laborales diversas, etc.) suelen ser una buena apuesta.

29) No para de leer

¿Ciencia ficción? ¿Novela negra? ¿Histórica? No importa.

Podría parecer una característica superficial, pero los redactores necesitan leer para mejorar. 

De hecho, hay pocas afirmaciones más seguras que esta: detrás de todo gran redactor se esconde un ávido lector.

Detrás de todo gran redactor de contenidos se esconde un gran lector

Este puede ser un indicador especialmente importante si estás contratando a un becario o a un redactor inexperto, ya que en este caso sus aptitudes y actitudes pesan más que su experiencia. 

Pro tip: si estás seleccionando a un redactor, pregúntale en la entrevista qué libros está leyendo y cuáles han sido los últimos que ha leído en los últimos meses. Esto te dará una buena idea de cuánto lee y además te revelerá sus intereses. Si son variopintos o si están relacionados con el marketing o con tu industria, aún mejor.

30) Tiene empatía 

La base del trabajo de todo redactor es conocer a su audiencia como la palma de su mano. 

Pero no llega con ceñirse a los datos básicos del buyer persona: cuántos años tiene, en qué trabaja, qué hobbies tiene o en qué redes sociales está.

Un buen redactor trabaja con datos, pero también con triggers psicológicos y emociones. 

Y ahí es donde la empatía juega un papel crucial: tiene que ser capaz de ponerse en la piel del lector. 

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